Cuando comienzas a vivir con tu familia de acogida los acontecimientos pueden sucederse de muchas formas diferentes. La convivencia entre un au pair y la familia debe ser lo más armoniosa posible para que todos se encuentren cómodos y a gusto, y para ello la comunicación resulta esencial.
Tiene que ser un trayecto de dos direcciones: el au pair deberá sentirse libre para poder expresar cualquier aspecto que le incomode o no termine de gustarle y, del otro lado, la familia también tiene que ser capaz de decirle aquello que no está del todo bien o que quizá consideran que debería hacerse de otro modo.
Y también en positivo. Nada hay más reconfortante que unas palabras de cariño, de aliento o de consuelo cuando más se necesitan.
Desde la agencia online AuPair.com nos detallan varios escenarios diferentes de posible confrontación y nos ofrecen opciones para poderlos arreglar y encontrar soluciones satisfactorias para todos. Vamos a ver algunos de estos ejemplos.
– Problema: el au pair aprovecha su estancia con la familia para vivir a su costa durante un tiempo, demostrando poco o ningún interés por el programa en sí y solamente buscando tener cama y comida gratis.
– Solución: la familia debe estudiar el perfil del au pair antes de que comience la estancia y llegue a su hogar. Si a pesar de esto cuando se instala se aprecia que solo busca aprovechar el alojamiento y manutención, se deberá hablar con el au pair para hacerle ver que no está ahí solo de vacaciones, sino que tiene unos deberes que cumplir.
– Problema: el au pair tiene una carga excesiva de trabajo y poco tiempo libre, está cansado y agobiado con la situación.
– Solución: el trabajo que debe realizar un au pair debe detallarse en el contrato, tanto las horas como las labores en sí. Y las dos partes tienen que respetarlo. No deben convertirte en una asistenta del hogar, sino que tus labores se centrarán en el cuidado de los niños y en alguna tarea sencilla de la casa, pero sin abusar. Si sientes que no se está cumpliendo lo hablado y firmado debes hablar con tu familia para encontrar juntos la mejor solución. Quizá no sean conscientes de que esto está pasando si su ritmo de vida es generalmente así de intenso.
– Problema: no fluye la comunicación por motivos de idioma, debido a que el au pair no tiene un nivel suficiente para hablar ni entender a su familia y a los niños que tiene a su cargo o no siente seguridad para hacerlo.
– Solución: la familia tiene que poner de su parte para abrirse y hablar con el au pair, y debe animarle a que esta predisposición sea recíproca, sin forzar situaciones que puedan haceros sentir incómodos. Es bueno que la familia muestre interés por hablar con el au pair, le pregunte cosas y le integre en sus conversaciones. Y el au pair deberá esforzarse en la parte que le toca.
– Problema: los niños no terminan de adaptarse al au pair ni a la nueva situación.
– Solución: es importante que la familia anfitriona haya preparado previamente a los niños para que entiendan lo que va a suceder con la llegada del au pair. Pueden hablar a través de Skype para irse familiarizando mutuamente y conseguir que se normalice lo máximo posible. Una vez juntos, al au pair le tocará ser comprensivo y paciente, sin forzar ninguna situación, simplemente estando a su lado y haciéndoles ver que sientes cariño por ellos y que todo va a ser muy divertido a partir de ahora. Debes interesarte por sus cosas y crear un ambiente de confianza y seguridad para ellos.